Una enredadera oculta la historia de Juan Caviglia, un genovés que llegó al Uruguay, escapando de su familia y del servicio militar.
En esos tiempos el Coronel Lorenzo Latorre, ejercía la presidencia de la república, hombre autoritario que no consiguió intimidar al genovés.
Decidido a prosperar, compró mil cuadras de campo al costado de Cuchilla Grande, plantó trigo y se vinculó con los más poderosos de la época.
No demoró mucho en convertirse en un empresario solvente, le dio prosperidad a la Curva de Maroñas y construyó un molino, pegado a la Parroquia de Santa Gema.
Claro, tantas iniciativas y su jerarquía de revolucionario, despertaron las sospechas del temido coronel. Y Caviglia, que era un hombre precavido, enterado de las intenciones de Latorre de allanar su casa y en poder de una fortuna que no estaba dispuesto a perder, escondió sus monedas de oro en dos baúles y los enterró cerca del molino.
Logró salvar su patrimonio, pero después, aunque se cavaron más de cien pozos buscando los cofres, nunca aparecieron.
Pueden estar debajo de alguna casa, o de cualquier baldosa, en medio de la calle, quizá alguien los encontró o Juan Caviglia no contó toda la verdad, ¿cómo saberlo?
Pero, si por las dudas quiere probar suerte, la Parroquia Santa Gema está ubicada en Belloni y Roma, en el barrio Flor de Maroñas, pero el molino no se ve desde la calle.
Por ahora el tesoro como los molinos, forman parte del anecdotario de Montevideo, según cuenta el suplemento “Los barrios de mi ciudad” del diario El Pais del 19 de agosto de 1964.
Destacados: el Coronel Lorenzo Antonio Inocencio Latorre Janpen, Ministro de Guerra, en 1876 resolvió disolver las cámaras y ejerció el gobierno dictatorial durante tres años, desde 1876 hasta 1879, cuando fue nombrado presidente constitucional.
En 1880 después de un año de gobierno, presentó su renuncia declarando “que los orientales son ingobernables.”
Fue el mandatario que sobrevivió más tiempo luego de alejarse del cargo, vivió exiliado en Buenos Aires durante treinta y seis años.
En esos tiempos el Coronel Lorenzo Latorre, ejercía la presidencia de la república, hombre autoritario que no consiguió intimidar al genovés.
Decidido a prosperar, compró mil cuadras de campo al costado de Cuchilla Grande, plantó trigo y se vinculó con los más poderosos de la época.
No demoró mucho en convertirse en un empresario solvente, le dio prosperidad a la Curva de Maroñas y construyó un molino, pegado a la Parroquia de Santa Gema.
Claro, tantas iniciativas y su jerarquía de revolucionario, despertaron las sospechas del temido coronel. Y Caviglia, que era un hombre precavido, enterado de las intenciones de Latorre de allanar su casa y en poder de una fortuna que no estaba dispuesto a perder, escondió sus monedas de oro en dos baúles y los enterró cerca del molino.
Logró salvar su patrimonio, pero después, aunque se cavaron más de cien pozos buscando los cofres, nunca aparecieron.
Pueden estar debajo de alguna casa, o de cualquier baldosa, en medio de la calle, quizá alguien los encontró o Juan Caviglia no contó toda la verdad, ¿cómo saberlo?
Pero, si por las dudas quiere probar suerte, la Parroquia Santa Gema está ubicada en Belloni y Roma, en el barrio Flor de Maroñas, pero el molino no se ve desde la calle.
Por ahora el tesoro como los molinos, forman parte del anecdotario de Montevideo, según cuenta el suplemento “Los barrios de mi ciudad” del diario El Pais del 19 de agosto de 1964.
Destacados: el Coronel Lorenzo Antonio Inocencio Latorre Janpen, Ministro de Guerra, en 1876 resolvió disolver las cámaras y ejerció el gobierno dictatorial durante tres años, desde 1876 hasta 1879, cuando fue nombrado presidente constitucional.
En 1880 después de un año de gobierno, presentó su renuncia declarando “que los orientales son ingobernables.”
Fue el mandatario que sobrevivió más tiempo luego de alejarse del cargo, vivió exiliado en Buenos Aires durante treinta y seis años.
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