lunes, 6 de octubre de 2008

MUERTE ANUNCIADA


En el espacio comprendido por las calles Minas, San Salvador, Lorenzo Carnelli, e Isla de Flores se encuentra lo que queda del Barrio Reus al Sur.
De un lado ruinas destinadas a desaparecer; del otro separados por el callejón Ansina, un complejo en construcción ocupa lo que antes era decadencia.

El predio es una manzana partida en dos, pero es también el antes y el después del abandono y la piqueta fatal que algunos intentaron esquivar sin éxito.

En los años 80 el Grupo de Estudios Urbanos trató de conservar lo posible y agregar obra nueva, todo terminó en un juicio ganado a la IMM por los arquitectos: Spalanzani, Curiel y otros.

A pesar de haber sido declarado Monumento Histórico, a pesar de las protestas de los vecinos que han dejado en caracteres imborrables “los que se fueron obligados quieren volver, los que estamos nos queremos quedar”; o del dolor de reconocer “Palermo negro tiene la memoria en blanco”; todo generó en baldío, ruinas conmovedoras y la expulsión de decenas de familias afincadas allí por varias generaciones.

Solo permanece el recuerdo de las casitas iguales, de dos plantas, con techo a dos aguas y mansarda, primer conjunto de viviendas económicas que tuvo Montevideo, obra de Emilio Reus.

Hoy mediante un convenio entre la Intendencia Municipal de Montevideo, el Banco Hipotecario, Mundo Afro y FUCVAM, se está construyendo un conjunto de viviendas en tres niveles, que prometen alojar a los desalojados.

Mientras, el Centro Cultural Zona Sur Kambe vende tamboriles y logra mantenerse en pie.

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